Parece un chiste que después de toda esa mierda me de cuenta de que, justamente, toda esa mierda me trajo únicamente a esto, a caer que si existe algún problema, está tatuado en mi cerebro. Mi cerebro. Mi problema. El problema siempre es conmigo, soy la única cosa con la que tengo problemas, soy la única con la que no puedo arreglarlos. Entonces espero. Y sigo pensando. Y no se van. Ellos se quedan y yo espero y es impresionante lo poco que tardan las cosas en dejar de tener sentido, la espera se convierte en rutina y el planeta ya no es tan horrible y la gente deja de existir y lo único que importa es el lugar donde estoy parada y las palabras que no sé decir.
No me hables más, no me preguntes qué pasa, nada está pasando, nada jamás pasó. No ves que no puedo hablar de mí, no ves que lo único que consigo haciendo eso son ganas de vomitar cuando intento responder algo? No ves que no puedo explicar ni una de las cosas que hago digo y pienso? No entiendo nada, no entiendo nada y nadie es capaz de entenderlo y dejar que me lo reproche tranquila y sola, encerrada como siempre en mí misma, que parece ser el único lugar en el que tolero el mundo.
17 de julio de 2012
10 de julio de 2012
100712
Es este comienzo de este terminar, este terminar que empieza en mí.
Esta noche que es otra noche y ese día que no es un día más
Esta noche que junta ésa noche y aquella y que sólo es hoy,
presente proyecto de futuro,
esa sobremesa de semana de rutina, pero no
ese libro abierto y cerrado, abierto y cerrado infinitas veces
ese padre dormido a dos metros y tan lejos pero tan cerca.
Ese televisor encendido que habla y habla
y nadie lo escucha y sigue hablando.
Esa cara que se desdibuja, emerge de donde sea la guardé alguna vez
vuelve vuelve y siempre es igual,
sonrisa de sábado impregnado en psicoactivos
aliento cósmico de otra noche de locura, todas las noches en esta noche,
la eternidad en esta noche, mi vida en esta noche, mi futuro en esta noche
y vos sos todas las noches.
Espiral de memoria, licuadora de recuerdos,
sinapsis a la velocidad de la luz.
Y la voz que suena y resuena, y no existe.
Soy esta espera que siempre fui, esta espera que ya no quiere esperar
estas manos llenas de estrellas, estas venas que estallan,
sangre inyectada en palabras, palabras que queman como ácido
ácido neutralizado con nicotina, ciudad del espanto,
pisos de alquiler en los suburbios de ayer y ayeres
blancura de quirófano en medio del desierto,
el relumbrar de tus ojos en medio del desastre cotidiano
en medio de la gente en medio del ruido en medio de la noche.
Profundidad de profundidades, cuánto te pensé, cuántas horas arrastrás,
cuántos minutos bien gastados en la risa, en la mente,
en cualquier esquina en cualquier planeta,
qué poco sentido tiene esto y todo lo demás cuando estar no cuesta nada,
cuesta tan poco que te olvidás que estás.
Qué importa, no importa, importa tener otro cigarrillo,
importa que no importes, hijo de puta y cómo importaste.
Pero no no no qué sentido tiene si ya pasó,
pasó y yo pasé por arriba, por abajo por el medio
y elegí no elegir la respuesta, yo y no vos, vos no decidís nada,
vos te fuiste o mejor dicho, yo te fui.
No te fui nada, vos te fuiste pero mejor no vuelvas,
quiero que el pasado se quede donde no está porque no existe
y que el presente no termine nunca.
Basta de tiempo, basta de ir siempre hacia adelante,
Si nada empieza, nada termina y todo se mueve, gira,
y ya estoy mareada, cansada,
y qué bien se siente no saber dónde estás parada.
Y si insomnio es mi segundo nombre,
y si las calles mojadas se pierden en el horizonte, como vos, como yo
y si mis ojos están inyectados en sangre y mi sangre inyectada en miradas, tampoco importa.
Será la vida que se me escapa,
los minutos en su carrera infinita alrededor del reloj,
será un poco de todo lo que soy.
Serán las palabras que vomito incansablemente aunque no sé qué dicen,
no pueden decir, no puedo entender
es ese cigarrillo que se enciende con un golpe
esa ceniza que se funde en el agua que fluye como las palabras del televisor
como el sueño de ese padre como la rutina la sobremesa
la noche que se funde en el día
el final que empieza el comienzo que termina
la histeria que me consume las palabras que no se acaban y vos, yo,
las noches, la sangre, el cigarrillo que se apaga,
el horizonte que empujan mis segundos
y ya están por alcanzar.
Esta noche que es otra noche y ese día que no es un día más
Esta noche que junta ésa noche y aquella y que sólo es hoy,
presente proyecto de futuro,
esa sobremesa de semana de rutina, pero no
ese libro abierto y cerrado, abierto y cerrado infinitas veces
ese padre dormido a dos metros y tan lejos pero tan cerca.
Ese televisor encendido que habla y habla
y nadie lo escucha y sigue hablando.
Esa cara que se desdibuja, emerge de donde sea la guardé alguna vez
vuelve vuelve y siempre es igual,
sonrisa de sábado impregnado en psicoactivos
aliento cósmico de otra noche de locura, todas las noches en esta noche,
la eternidad en esta noche, mi vida en esta noche, mi futuro en esta noche
y vos sos todas las noches.
Espiral de memoria, licuadora de recuerdos,
sinapsis a la velocidad de la luz.
Y la voz que suena y resuena, y no existe.
Soy esta espera que siempre fui, esta espera que ya no quiere esperar
estas manos llenas de estrellas, estas venas que estallan,
sangre inyectada en palabras, palabras que queman como ácido
ácido neutralizado con nicotina, ciudad del espanto,
pisos de alquiler en los suburbios de ayer y ayeres
blancura de quirófano en medio del desierto,
el relumbrar de tus ojos en medio del desastre cotidiano
en medio de la gente en medio del ruido en medio de la noche.
Profundidad de profundidades, cuánto te pensé, cuántas horas arrastrás,
cuántos minutos bien gastados en la risa, en la mente,
en cualquier esquina en cualquier planeta,
qué poco sentido tiene esto y todo lo demás cuando estar no cuesta nada,
cuesta tan poco que te olvidás que estás.
Qué importa, no importa, importa tener otro cigarrillo,
importa que no importes, hijo de puta y cómo importaste.
Pero no no no qué sentido tiene si ya pasó,
pasó y yo pasé por arriba, por abajo por el medio
y elegí no elegir la respuesta, yo y no vos, vos no decidís nada,
vos te fuiste o mejor dicho, yo te fui.
No te fui nada, vos te fuiste pero mejor no vuelvas,
quiero que el pasado se quede donde no está porque no existe
y que el presente no termine nunca.
Basta de tiempo, basta de ir siempre hacia adelante,
Si nada empieza, nada termina y todo se mueve, gira,
y ya estoy mareada, cansada,
y qué bien se siente no saber dónde estás parada.
Y si insomnio es mi segundo nombre,
y si las calles mojadas se pierden en el horizonte, como vos, como yo
y si mis ojos están inyectados en sangre y mi sangre inyectada en miradas, tampoco importa.
Será la vida que se me escapa,
los minutos en su carrera infinita alrededor del reloj,
será un poco de todo lo que soy.
Serán las palabras que vomito incansablemente aunque no sé qué dicen,
no pueden decir, no puedo entender
es ese cigarrillo que se enciende con un golpe
esa ceniza que se funde en el agua que fluye como las palabras del televisor
como el sueño de ese padre como la rutina la sobremesa
la noche que se funde en el día
el final que empieza el comienzo que termina
la histeria que me consume las palabras que no se acaban y vos, yo,
las noches, la sangre, el cigarrillo que se apaga,
el horizonte que empujan mis segundos
y ya están por alcanzar.
29 de junio de 2012
Tantas palabras escritas, escritas por azar, escritas porque sí, escritas con el objetivo idiota de comunicar, transmitir, demostrar con esa soberbia intrínseca que algo de eso es posible cuando nada es así.
Estamos solos, encerrados en lo que somos y esa es la única verdad de las estrellas. Que nunca vamos a olvidarnos de nosotros mismos.
Aunque lo intentemos.
Y que la garantía de las soledades ajenas no compensa ese vacío ni esa pérdida anticipada, pérdida en potencia de lo que no voy a tener, de las horas que no voy a vivir
y despertarme uno y otro día tocando fondo para descubrir que tal cosa no existe, jamás existió, dejar ir mi mente como si fuese a llegar a alguna parte alguna vez, echarle la culpa al tiempo y al mundo como si existieran fuera de mí, creer que puedo llenar mis manos, creer que tus ojos pueden encenderme, creer que mi sombra no es más que eso, entregar cada parte de mi ser, esclavizar mi cerebro, ahogarme en mi sangre, encontrar un mensaje en las lágrimas, buscar la infinidad en el horizonte, mirar a la nada eterna de arriba y a la nada agonizante de abajo y seguir, seguir caminando siempre, tratando de entender cuál es la manera de ver manantiales en las estrellas solamente por el hecho de permanecer en un desierto de insignificancia, de rostros sin cara, de mentes sin esencia, de pupilas que se dilatan para comprender lo etéreo y efímero de la realidad.
Estoy tan cansada...
Estamos solos, encerrados en lo que somos y esa es la única verdad de las estrellas. Que nunca vamos a olvidarnos de nosotros mismos.
Aunque lo intentemos.
Y que la garantía de las soledades ajenas no compensa ese vacío ni esa pérdida anticipada, pérdida en potencia de lo que no voy a tener, de las horas que no voy a vivir
y despertarme uno y otro día tocando fondo para descubrir que tal cosa no existe, jamás existió, dejar ir mi mente como si fuese a llegar a alguna parte alguna vez, echarle la culpa al tiempo y al mundo como si existieran fuera de mí, creer que puedo llenar mis manos, creer que tus ojos pueden encenderme, creer que mi sombra no es más que eso, entregar cada parte de mi ser, esclavizar mi cerebro, ahogarme en mi sangre, encontrar un mensaje en las lágrimas, buscar la infinidad en el horizonte, mirar a la nada eterna de arriba y a la nada agonizante de abajo y seguir, seguir caminando siempre, tratando de entender cuál es la manera de ver manantiales en las estrellas solamente por el hecho de permanecer en un desierto de insignificancia, de rostros sin cara, de mentes sin esencia, de pupilas que se dilatan para comprender lo etéreo y efímero de la realidad.
Estoy tan cansada...
13 de junio de 2012
10 de mayo de 2012
Todo lo que me rodea se aleja de mi. Todo lo que veo se aleja de mí.
Bailando se aleja de mí; flotando, se aleja de mí.
Y vos llegaste una mañana.
Te acercaste una noche y acá estás,
acá estoy.
Cómo iba a creer sino en la falsedad del destino?
A sucumbir en los torrentes
A encontrarte.
Cómo despertarme a la mañana y no odiar
los pasos que me arrastran, los ruidos de la ciudad.
No, no pienses que te escribo a vos.
Me escribo a mí, le escribo a eso que no puedo identificar.
El cansancio me nubla la vista
y las palabras exceden mi conciencia y otra vez la contradicción,
no te conozco pero te regalo mi aliento
y derribo los muros de mis prejuicios para
abrazarte con los ojos y creer que sos real
y respirar tu silencio
y el mío.
Ya no puedo pretender que esto no existe
ya no puedo pormenorizar las malas pasadas de la vida
ni hacer oídos sordos a las palabras que no supe decirte.
Bailando se aleja de mí; flotando, se aleja de mí.
Y vos llegaste una mañana.
Te acercaste una noche y acá estás,
acá estoy.
Cómo iba a creer sino en la falsedad del destino?
A sucumbir en los torrentes
A encontrarte.
Cómo despertarme a la mañana y no odiar
los pasos que me arrastran, los ruidos de la ciudad.
No, no pienses que te escribo a vos.
Me escribo a mí, le escribo a eso que no puedo identificar.
El cansancio me nubla la vista
y las palabras exceden mi conciencia y otra vez la contradicción,
no te conozco pero te regalo mi aliento
y derribo los muros de mis prejuicios para
abrazarte con los ojos y creer que sos real
y respirar tu silencio
y el mío.
Ya no puedo pretender que esto no existe
ya no puedo pormenorizar las malas pasadas de la vida
ni hacer oídos sordos a las palabras que no supe decirte.
30 de abril de 2012
How did it come to this?
Que no llegue el verano arrasando este sol de invierno
que no se acaben los días y que el futuro no me robe estos años.
que se haga esperar como lo hizo antes
No quiero seguir, no quiero que anochezca o amanezca
quiero llegar a mi vereda y encontrarlos, entre el humo
donde sé que van a estar.
Y todos los días cruzar el mismo umbral
Y todas las noches dormirme sabiendo que el tiempo se detuvo.
que no se acaben los días y que el futuro no me robe estos años.
que se haga esperar como lo hizo antes
No quiero seguir, no quiero que anochezca o amanezca
quiero llegar a mi vereda y encontrarlos, entre el humo
donde sé que van a estar.
Y todos los días cruzar el mismo umbral
Y todas las noches dormirme sabiendo que el tiempo se detuvo.
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