27 de octubre de 2010



You're waiting for a train, a train that will take you far away.
You know where you hope this train will take you, but you can't be sure.
But it doesn't matter - because we'll be together.


-Inception.

22 de octubre de 2010

La Grieta.

Cuatro paredes. Cuatro paredes que envuelven y esconden y protegen aquello que contienen. Cuatro paredes que creen ser dueñas de lo que encierran. Encierran papel. Encierran personas. Encierran años. Encierran memoria. Encierran silencio. Y nada importa más que deshacerse de ellas. Cuatro paredes y un techo indiferente que me impide ver el universo sobre mí. Un techo que complementa las cuatro paredes pero depende de ellas. Un techo inútil, pero que me priva de una vía de escape que busco desde que sé que hay cuatro paredes encerrándome. Cuatro paredes y un techo indiferente y un suelo que es lo mismo si está o no; que me sostiene y que no importa porque las cuatro paredes me siguen asfixiando y estoy cansada del techo que me roba las estrellas como para darle importancia también al suelo. Cómo si gracias a él y no a Él dependiera el hecho de que yo siga pegada a la tierra. Cómo si él y no Él fuera mi centro de gravedad.
Cuatro paredes a las que estoy demasiado acostumbrada. Cuatro paredes, cuatro sencillas y corrientes paredes que a nadie le llamarían la atención, pero que igualmente cumplen su insensata función de pared. Separan. Dividen. Aíslan. Un suelo que no sirve para nada. Y un techo que tapa todo y no deja ver más allá de él.
No puedo romper las paredes. No puedo atravesar el techo. No puedo negar el suelo. Pero en un momento exacto, también eso deja de importar. No es gracias al suelo que sigo con los pies en la tierra. Esas cuatro paredes que separan y dividen, no son capaces de detener a mi mente, que sale de ellas, atraviesa ladrillos y cemento y vuela, y busca, aunque no (te) encuentre. Y el techo no me va a privar de las estrellas, porque a las estrellas llegué con vos, y un simple techo jamás me va a poder separar de eso, como éstas cuatro paredes jamás me van a alejar de mí misma.
Y más allá de mi incapacidad para salir, soy más que las cuatro paredes que me encierran, estoy más allá del techo cegador, ya ni siquiera recuerdo la existencia del suelo. Porque (gracias) entendí que sin paredes, no existirían las ventanas.
Súbitamente.
Una grieta en la pared. Una grieta que se expande. El techo va desintegrándose de a poco, del centro a los extremos. El suelo me es tan indiferente como siempre. Sólo un complemento a mi realidad.
La grieta se extiende, se abre, se modela y da lugar a una puerta. No una puerta cerrada. No una puerta ausente. Una puerta transparente. Una puerta que necesito atravesar, una puerta que me permite burlar a las paredes, a través de la que veo cielo luz y estrellas, olvido el piso y te encuentro.

14 de octubre de 2010

Qué día es hoy
Es todos los días
Amigo
Es toda la vida
Amor
Amamos y vivimos
Vivimos y amamos
Y no sabemos qué es la vida
Y no sabemos qué es el día
Y no sabemos qué es amor.

Canción -Jacques Prévert.

13 de octubre de 2010

Let your inhibitions go, make every touch electrical;
When you're feeling beautiful, will you remember me?
I want to touch you deep inside and find the secrets that you hide;  
when your fears are cast aside, will you remember me?
Easily forgotten love; Easily forgotten love. (It's not so easily)
I just want to let you know my mind refuses to let you go.
I wanna hypnotise you so you will remember me.
Easily forgotten love; Easily forgotten love. (It's not so easily)
Easily forgotten love; Easily forgotten love:
Easily, the best I ever had.
Easily, the best I ever had.

12 de octubre de 2010

Caminaba y pensaba. Caminaba y sus pensamientos iban perfectamente sincronizados al ritmo de sus pasos. Caminaba y respiraba, caminaba y veía, escuchaba. Caminaba. Intentaba distraerse, intentaba estar más pendiente de los árboles y la gente y las nubes que de lo que tenía de las pestañas para atrás. Pero eso no tenía sentido. La introspección definitivamente era lo suyo.

Caminaba. Pero ya no de la misma manera. Y pensaba. Pero ya no de la misma manera. La distancia desaparecía bajo sus pies, literalmente, desaparecía. Dejaba de estar. Y ella dejaba de percibir. Y respiraba pero el oxígeno no era suficiente. Y miraba pero no veía. Quería ver. Pero.. hacia donde mirar? Hacia donde dirigir la vista si aquello que más quería se había esfumado, se había desvanecido, como la distancia y como él. Dónde mirar si sabía en lo más profundo que no iba a encontrar esos ojos oscuros que amaba, esos ojos en los que su mirada era siempre recibida, esos ojos que siempre encontraban la manera de resguardarla y hacerla sentir entera.

Seguía caminando. Ya había olvidado dónde iba. Y no importaba. Necesitaba solo eso. Caminar. Avanzar. Sentir al menos por un instante fugaz el suelo y creer que era real.
Y además de caminar, pensaba. Y además de caminar y pensar, sentía. Y sangraba por dentro. Y por fuera. Pero no podía detenerse, no cuando el único impulso que la dominaba era el de mover un pie tras otro, no cuando la única acción determinada por sus neuronas era la de seguir en movimiento. Y como pensaba, pensó. Qué haría si se detuviera? Qué pasaría si dejaba de sentir ese suelo que se desvanecía a su paso? Qué haría cuando la sangre que derramaba su pasado comenzara a inundar todo, a inundar su cuerpo y su escencia y no pudiera pensar, ser, caminar, alcanzarlo? Tenía que seguir moviéndose.

Sus pensamientos desbordaban como su sangre y se perdían en la nada que dejaba su paso. Respiraba entrecortadamente pero no porque le faltara el aire sino porque el aire ya no le servía. Su paso se violentaba, mientras sentía el viento en la cara. Un viento fuerte. Helado. Sentía como la sangre se escurría y cómo un nuevo sentimiento la iba llenando de a poco, desde el suelo y recorriendo cada una de sus terminaciones nerviosas.

Cada vez caminaba más rápido, y más rápido desaparecía el espacio que dejaba atrás. No importaba, de cualquier modo.

Sentía la sangre correr por sus venas a pesar de que juraba estar desangrada por completo a esa altura. Se sentía viva. Miró y vio aunque sabía que no iba a encontrar nada que valiera la pena a su alrededor. Se equivocaba. Todo lo que podía percibir parecía adecuarse a ella misma. El viento que sacudía las copas de los árboles y los pájaros planeando en el viento arrastrados por ésa irrevocable corriente que hacía con ellos lo que quería. Lo que ella quería. Y las nubes cambiando y uniéndose y separándose y volviendo a ser. Como ella.

Se detuvo con un impulso idéntico al que la había hecho caminar distancias inexistentes que ya apenas recordaba.
Respiró hondo, dejó que el viento la llenase y en esa bocanada no sólo había aire. Sintió en sus pulmones todo lo que veía. Extendió los brazos y dejó que el viento no solo la llenara sino que también fuera parte de sí. Fue viento. Giró y voló y cayó pero nunca del todo hasta que como todo, pasó. El viento se transformó en brisa. La sangre volvió a su curso en sus venas. El suelo era el suelo. Y otra vez necesitaba oxígeno y casi escuchaba el latido de su corazón, y el suelo estaba abajo de ella firme y llano como se supone que debería ser; pero algo le faltaba. Un último intento. Algo que, sabía, sentía, estaba al alcance de un pestañeo.

Abrió los ojos y vio esos otros ojos oscuros que había buscado tanto tiempo y a través de tantas distancias en su interior y tanta sangre derramada y tantas heridas selladas con el paso de los años, y, por primera vez, no necesitó nada más.

10 de octubre de 2010

Describirla no era tarea compleja. Era una chica equivocada. No tendría que haber sido mujer. De haber cometido ese primer error, no tendría que haber tenido diecisiete años. De tener diecisiete años, no tendría que haber nacido en el medio del frío. Y si aún persistía en los fallos, no tendría que haberse enamorado. Pensaba por ejemplo que los bebés eran el primer y principal error del género humano; que el despropósito de su edad era sólo comparable con su urgencia por dejarla atrás. Que aunque su piel sólo se hubiera puesto en contacto con la nieve, los tenues acercamientos al calor que la era permitía le bastaban para darse cuenta de que ella estaba más cerca del fuego que del hielo y, sobre todo, él. Pero no. Definirlo a él como la cima de todos sus males era inexacto. Le bastaba recordarlo para suavizarle el gesto, normalmente bastante duro.
Esa tarde iba pensando en él, es decir, iba sonriendo.

7 de octubre de 2010

You could be my unintended choice to live my life extended; You could be the one I'll always love.
You could be the one who listen to my deepest inquisitions; You could be the one I'll always love.
I'll be there as soon as I can, but I'm busy mending broken pieces of the life I had before.
First there was the one who challenged all my dreams and all my balance; 
 HE could never be as good as you.
You could be my unintended choice to live my life extended; You should be the one I'll always love.
I'll be there as soon as I can, but I'm busy mending broken pieces of the life I had before.
I'll be there as soon as I can, but I'm busy mending broken pieces of the life I had before;
BEFORE YOU.

3 de octubre de 2010

El miedo a lo que uno no conoce; es cosa de todos los días. 
Quien dice no temer a la muerte, miente; es imposible no temer 
a algo tan desconocido, tan imposible de conocer. 

Porque el miedo no es eso que uno siente cuando
ve una película de terror y las puertas se abren y se cierran, 
miedo no es que rechinen los muebles y asociarlo con esoterismos. 

El miedo radica en lo que está más allá de nuestro control, 
el miedo es aquello que no entendemos y no podemos predecir.

Siempre fuiste impredecible. 
Pero antes no me dabas miedo.

2 de octubre de 2010

Llévame a los bares más oscuros; vamos a fumarnos la ciudad.
Vamos a bebernos tú y yo el mundo, vamos a esquivar la soledad.
Vamos a dormir en los portales, allí donde nadie pueda entrar.
Cantaremos cuentos por las calles, de esos que siempre terminan mal.
Y hazle trampas al sol, y que no salga hoy a joder nuestro mundo.
Dame un poco de calor para este corazón que va buscando abrigo;
que no pasen las horas, que nos pille la lluvia cantando a las farolas..
Que nos lleven las horas, que yo duerma contigo, que tú no duermes sola.
Mañana no va a llegar. Mañana no va a llegar. 
Mañana no va a llegar. Mañana no va a llegar...
Y hazle trampas al sol, y que no salga hoy a joder nuestro mundo.
Dame un poco de calor para este corazón que va buscando abrigo;
que no pasen las horas, que nos pille la lluvia cantando a las farolas..
Que nos lleven las horas, que yo duerma contigo, que tú no duermes sola
Que no pasen las horas, que nos pille la lluvia cantando a las farolas..
Que nos lleven las horas, que yo duerma contigo, que tú no duermes sola.

5VIII20

Cartografiar el vínculo reclama deconstruir la noción que se oculta en el verbo tener. Vínculo como categoría supraordenada a yo a la s y la...