10 de agosto de 2012

Ya no entiendo cuál es el sentido de este desastre. Ni somos felices ni planeamos serlo, no hay nada que me ate a la tierra y no hay nada que me motive a ignorarla, no hay escape posible, no hay cura al aislamiento, no hay formas de no estar sola, no hay formas de que quiera que las haya; nadie puede entrar en mi y hacerme entender que estoy viva, ni yo puedo salir; no quiero salir y nadie puede entrar, no entiendo cual es la idea de estabilidad que hace que la gente funcione si todos sabemos que estamos para estar, para estar solos, para observar la muerte de cada segundo como si no se pareciera a la propia, para creer que significamos algo cuando no podemos explicarnos ni siquiera nuestro propio despropósito, para morirnos un poco más a cada instante y pensar que podemos encontrar de alguna forma algo real,  para llegar al final y no ser más que la consumación de la nada que fuimos, de esa forma tan fugaz y pretenciosa que es lo único que tenemos
para ver pasar la realidad hasta que se apaguen todas las luces
y estar solos tenga aunque sea un poco de sentido.

060812

Bloqueo, todo está bloqueado, reprimido denegado y subdividido.
Transgredir los propios parámetros.
Un paso en falso que es sinónimo de colapso.
Un paso en firme que me acerca a mí misma.
El cambio es la alternativa necesaria.
No le tengo miedo. Pero nada de eso es real.
Todo es inconexo descontracturado y anacrónico.
Yo lo soy.
Pero nada de eso es real.

2 de agosto de 2012



Es un error, un lapsus, un acto fallido y yo estoy a punto de explotar, y si pudiera explicar que no hay nada que quiera ni nada que me importe capaz todo sería aunque sea un despropósito con un mínimo de coherencia. Y ni yo me conozco suficiente para saber de qué soy capaz, hasta que punto puedo fingir para no sentirme una imbécil, para que todo concuerde y nadie quede expuesto al mundo bajo la etiqueta de imbécil. No entiendo nada, no hay ni una cosa que pueda definir, o explicar, o entender, o aceptar y estoy tan tan tan vacía que ni siquiera soy consciente de eso, ni de ninguna otra cosa, me desborda la nada, me ahoga y sigo sin darme cuenta porque acá nada está pasando. 
La nada me pasa por encima, por abajo, me rodea a diestra y siniestra, me atraviesa y yo no veo, no hay nada para ver, no hay lugares a los que quiera ir, no hay gente con la que quiera hablar, nada es lo que somos y estamos destinados a la nada de una manera que podría impresionar si hubiera algún receptor de impresiones, y no es el caso.
No tengo nada para decir, nada para pensar, no escucho nada, ni siquiera el silencio, no hay ningún motivo para dormirme a la noche ni para levantarme a la mañana, ni para hacer algo con mi tiempo, siquiera para sentarme a verlo pasar, no hay nada que quiera hacer, no hay nada que prefiera, pero sigo estando; 
y exactamente en ese punto es cuando todo el razonamiento y la paradoja se me van irrevocablemente a la mierda.
Acá no hay amor, no hay tristeza, no hay locura. Somos un montón de gente que va para el mismo lado y punto. 
Pero somos gente, no lo podemos evitar.

5VIII20

Cartografiar el vínculo reclama deconstruir la noción que se oculta en el verbo tener. Vínculo como categoría supraordenada a yo a la s y la...