Un día una está sentada como cualquier otro día
a la misma hora y en el mismo lugar
y repentinamente escucha un nombre.
Eventualmente el nombre reverbera
y una no sabe por qué, y lo ignora.
Pero otro día una está sentada como cualquier otro día
y el nombre aparece.
Ahora lo que era un nombre también es una voz
también son unos ojos
entonces el cambio es irreversible.
Y cuando se es de esas que todo lo convierten en palabra
es muy intensa la sensación de entender que ahora
un nombre es un universo
y no una palabra o una cosa o una persona
es un nombre y es
todo camino posible
a todo sitio innombrado.
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