Mostrando entradas con la etiqueta karma hates me. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta karma hates me. Mostrar todas las entradas

31 de mayo de 2011

Idiota, idiota, idiota. Tengo que dejar de tirar el tiempo por la ventana como si creyera sinceramente que es algo sin valor. Tengo que dejar de sobrecargarme la cabeza con motivos estúpidos de auto tortura. Tengo que dejar de pensar en cosas que no deberían importarme. Tengo que aprender a convivir conmigo misma, aún cuando pensé que sabía hacerlo.  Tengo que comprarme un manual de resignación. Tengo que dejar de ser tan espantosamente negadora, cerrada, fría y estúpida. Tengo que aprender a comunicarme con las entidades de mi especie. Tengo que empezar a centrarme.  Tengo que aprender a pensar.
Tengo que reaccionar de una jodida vez. No soy ni más ni menos que lo que soy. Y eso no debería estar tan mal.

6 de abril de 2011

26 de febrero de 2011

No entiendo nada. Lo único que puedo llegar a rescatar de todo esto es el hecho de comprobar que realmente pienso como actúo y hablo como pienso.
Y reacciono como se supone que voy a reaccionar aunque lo que en verdad  tenga ganas de hacer sea matar a alguien, prender fuego todo, gritar neuróticamente o algo así.
Porque no es culpa de los demás que yo sea como soy. No sé hasta qué punto está bueno eso.
Qué-se-yo.

16 de febrero de 2011

Estos momentos familiares tan cándidos me hacen entender por qué estoy tan asquerosamente hastiada de estar en mi casa y por qué automáticamente me cae el humor en picada así como cierro la puerta. Necesitás hablar como el orto? Necesitás cagarte en mi evidente cara de dolor de ovarios y seguir jodiéndome con boludeces? Sobre todo luego de mandarme como una mula de carga a hacer cosas por ustedes que jamás hacen por mí y que por más estúpidas que sean, se notan cuando lo único que encontrás como respuesta son reclamos. 
Va a llegar el día en que me vaya a la mierda a hacer mi vida y quizás, sólo quizás te acuerdes que la buena onda no te la cobraban con los impuestos y que tus (muchos) errores, algunos de ellos bien grosos, jamás te los tiré en la cara para hacerte sentir como la mierda sólo porque andaba con un ataquecito de histeria sin sentido y sin pensar en lo que te pasaba, como hacés vos, sin pensar jamás que toda mi vida me banqué las consecuencias de todo lo que hiciste mal a pesar de no haber participado en las elecciones que vos sola hiciste, como quisiste, cuando quisiste. Gracias! Cada vez me siento mejor conmigo misma y peor con vos, cada vez soy más consciente de lo lejos que estamos, cada vez tengo menos ganas de volver.

23 de enero de 2011

Fuck off.


Personalmente, sé que tengo muchas cosas que cambiar pero no me considero una pelotuda, ni una mina garca, ni una pendeja inútil. Y en los momentos en los que me doy cuenta que por comportarme de la mejor manera que puedo, hacer lo que creo que es mejor para los demás, a pesar que me cueste un huevo aceptarlo, porque sé que a largo plazo, debería tener el mismo efecto para mí, en momentos como éste en los que por ser exactamente como soy, como sé que soy, me termino ganando un dolor de panza épico, un nudo indesatable en la garganta y una o no sé cuántas noches carcomiéndome el cerebro y sin poder dormir, empiezo a pensar que, en realidad, no vale la pena nada, que el 90% de la gente es más de lo mismo y que los que no lo son, no lo son desde un principio, y que mejor sería cagarme realmente en todo y en todos. Porque cuando las cosas me importan una mierda, suelen salir como yo quiero, que ni siquiera es realmente lo que quiero, y porque cuando no es así, soy la única idiota que termina hecha mierda. La onda es que cuando me importan una mierda, realmente me importan una mierda y me dan igual los resultados, o sea que tampoco sirve para nada.
Igualmente, estando bien conmigo misma, me voy a autocomprometer a eliminar uno por uno a tod@s l@s imbéciles que superpoblaron sin que me diera cuenta mi mundo, y, aunque soy plenamente consciente que no está muy bien que digamos, a entender que en mi vida, la cosa más importante que tengo soy yo, la única a la que realmente me dolería fallarle es a mí, la única sin la cual no puedo vivir, soy yo.
El resto, se puede subir a una tortuguita y tomarse todo el tiempo del mundo para irse bien bien tranqui a la recalcada concha de su madre.

Perdón por el vocabulario vulgar. Tuve un día de mierda. 
En 'el resto', se excluyen exactamente cinco personas, 
tres de las cuales son integrantes de la mejor banda del mundo.

5VIII20

Cartografiar el vínculo reclama deconstruir la noción que se oculta en el verbo tener. Vínculo como categoría supraordenada a yo a la s y la...