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5 de junio de 2011

Reaparecer no está en los planes y esperar va a ser un esfuerzo demasiado grande para mantenerlo mucho tiempo más. Sobre todo teniendo en cuenta mi nulo equilibrio emocional.
Esos comentarios cándidos que desdibujaban los recuerdos de mi cara no están cortando el frío de la noche y entrando por la ventana, siempre abierta, y ya me aburrí de esta mueca de despecho que me forma y me deforma.
Me estoy cansando bastante de está procesión sin fin de estupideces contaminando incansablemente cada célula de mis pupilas.
Qué tengo que hacer? Gritarles en la cara que ya no quiero escucharlos? A ninguno. Y a todos por igual. Desaparezcan ustedes y sus nimiedades de mi desastre personal porque acá ya no hay más lugar para todos. Y ya que el mundo se empecina en dejarme sola, en soldarme al suelo con tal de que aprecie panorámicamente la indiferencia y la felicidad y el horror ajeno, entonces yo voy a hacer lo mismo. Voy a soldar al mundo al suelo de espaldas a mí y voy a escaparme de la realidad cuando nadie me esté mirando. Hasta que se olviden de mi existencia como puerto seguro donde desembarcar con sus contenedores de mierda y me dejen, aunque sea, buscar un atisbo de la paz que necesito desde que los conozco, desde que me eligieron como central de recepción de porquería no reciclable y se olvidaron que soy yo quien la vomita a cada segundo, quien lleva cada desencuentro en la sangre.

16 de febrero de 2011

Estos momentos familiares tan cándidos me hacen entender por qué estoy tan asquerosamente hastiada de estar en mi casa y por qué automáticamente me cae el humor en picada así como cierro la puerta. Necesitás hablar como el orto? Necesitás cagarte en mi evidente cara de dolor de ovarios y seguir jodiéndome con boludeces? Sobre todo luego de mandarme como una mula de carga a hacer cosas por ustedes que jamás hacen por mí y que por más estúpidas que sean, se notan cuando lo único que encontrás como respuesta son reclamos. 
Va a llegar el día en que me vaya a la mierda a hacer mi vida y quizás, sólo quizás te acuerdes que la buena onda no te la cobraban con los impuestos y que tus (muchos) errores, algunos de ellos bien grosos, jamás te los tiré en la cara para hacerte sentir como la mierda sólo porque andaba con un ataquecito de histeria sin sentido y sin pensar en lo que te pasaba, como hacés vos, sin pensar jamás que toda mi vida me banqué las consecuencias de todo lo que hiciste mal a pesar de no haber participado en las elecciones que vos sola hiciste, como quisiste, cuando quisiste. Gracias! Cada vez me siento mejor conmigo misma y peor con vos, cada vez soy más consciente de lo lejos que estamos, cada vez tengo menos ganas de volver.

25 de enero de 2011

Hate this & I'll love you.

La verdad es que ni yo pensé que mi plan de erradicar la plaga de boludos iba a ponerse en marcha y a empezar a 'dar resultados' tan rápido. Really. Me doy cuenta que es así porque me está dando lo mismo el fucking 'qué dirán' que tantas existencias complica (al parecer, la mía ya no). En fin. La cosa es que siempre supe que hay gente que no vale la pena, y que puede no valerlo por diversos motivos, sea porque parecen una cosa y son otra, porque dicen una cosa y son/hacen otra, porque no te valoran, o porque no les importás ni la décima parte de lo que te importan a vos, o al contrario, porque no te interesan, o sencilla y literalmente porque no sirven para absolutamente nada. Pero pocas veces, y ésta es una, puedo pasar del dicho al hecho. Y se siente bien, carajo. Me siento ir por 'el buen camino' por así decirlo aunque suene un tanto evangelizante (?) Tengo la sensación de estar captando las señales que se presentan por más pequeñas que sean o insignificantes parezcan (okay, cada vez más evangelizante) y tratando de no dejarlas pasar. Ya sé, no pasó ni un día pero por algún lado se empieza y no tengo intenciones de quedarme estancada (otra vez), ni de dejar pasar absolutamente nada por el típico miedo pelotudo al fracaso/rechazo/frustración/decepción etc.
Que sea lo que sea. 
Dos nombres menos en mi lista de boludos.
Un nombre más en mi lista de asuntos pendientes.

(No es que solamente escuche Muse y nada más pero, shit, siempre tienen una canción que representa exactamente lo que quiero decir & cómo lo quiero decir con el agregado de su genialosidad musical. Enjoy.)
Oh I am growing tired of allowing you to steal everything I have. 
You're making me feel, like I was born to service you, but I am growing by the hour.
You left us far behind, so we all discard our souls, and blaze through your skies, so afraid to die.
Cos I was born to destroy you, and I am growing by the hour. I'm getting strong in every way. Yeah, yeah.
You led me on, you led me on, you...
Oh, and I'm getting strong in every way, yeah. 
Yeah.



23 de enero de 2011

Fuck off.


Personalmente, sé que tengo muchas cosas que cambiar pero no me considero una pelotuda, ni una mina garca, ni una pendeja inútil. Y en los momentos en los que me doy cuenta que por comportarme de la mejor manera que puedo, hacer lo que creo que es mejor para los demás, a pesar que me cueste un huevo aceptarlo, porque sé que a largo plazo, debería tener el mismo efecto para mí, en momentos como éste en los que por ser exactamente como soy, como sé que soy, me termino ganando un dolor de panza épico, un nudo indesatable en la garganta y una o no sé cuántas noches carcomiéndome el cerebro y sin poder dormir, empiezo a pensar que, en realidad, no vale la pena nada, que el 90% de la gente es más de lo mismo y que los que no lo son, no lo son desde un principio, y que mejor sería cagarme realmente en todo y en todos. Porque cuando las cosas me importan una mierda, suelen salir como yo quiero, que ni siquiera es realmente lo que quiero, y porque cuando no es así, soy la única idiota que termina hecha mierda. La onda es que cuando me importan una mierda, realmente me importan una mierda y me dan igual los resultados, o sea que tampoco sirve para nada.
Igualmente, estando bien conmigo misma, me voy a autocomprometer a eliminar uno por uno a tod@s l@s imbéciles que superpoblaron sin que me diera cuenta mi mundo, y, aunque soy plenamente consciente que no está muy bien que digamos, a entender que en mi vida, la cosa más importante que tengo soy yo, la única a la que realmente me dolería fallarle es a mí, la única sin la cual no puedo vivir, soy yo.
El resto, se puede subir a una tortuguita y tomarse todo el tiempo del mundo para irse bien bien tranqui a la recalcada concha de su madre.

Perdón por el vocabulario vulgar. Tuve un día de mierda. 
En 'el resto', se excluyen exactamente cinco personas, 
tres de las cuales son integrantes de la mejor banda del mundo.

18 de enero de 2011

Partamos de la base de que me levanté a las siete de la mañana. Llegué a casa y la encontré mágicamente llena de gente pronunciando palabras inentendibles relacionadas a la química orgánica, a pesar de que sea verano y a pesar de la hora. No podía dormir y no tenía un choto que hacer. Asique me puse a comer. Puse una película y me encerré en la pieza con más comida como si se aproximara el fin del mundo y tuviese que acumular provisiones para las generaciones futuras. Me dormí a las nueve y media de la mañana y me desperté recagada de calor a las dos de la tarde. Almorcé un segundo desayuno. Partí hacia mi tarea del día. Un viajecito en bondi al centro, asquerosamente hiperpoblado, con treinta fucking grados de calor pegajoso, en jeans y saquito. Llegué, y me dirigí al centro oficial de atención al cliente del celular, con todas las ganas (¿?) de gastar más guita en otro  celular que al menos funcione, y no como los actuales, uno de los cuales es sordo y mudo y el otro fue horriblemente mutilado luego de una larga agonía. Entré. Me tropecé tres veces con el mismo escaloncito en un lapso de 15 segundos. Miré adentro. Lleno. Lleno hasta la jeta. Filita, madre y hermana comentando las bondades de los diferentes aparatos que aparecen en la revista. Ya dije que estaba lleno de gente? Sí, llenísimo. Todos ellos teniendo charlas muy profundas sobre el avance de la tecnología al estilo:
Mirá, salió el nokia c46 8G , tiene cámara de 35.4 megapíxeles, memoria interna de 680 GB, GPS, Mp3, consola mezcladora, Ps3, televisión, conexión a internet ¡OBVIAMENTE!  filma, edita, corrige, y sube videos, tiene encendedor, espejo y lápiz labial incluido, teclado qwerty y teclado alternativo por si se te rompe, video llamada, touch-screen, con la batería más rápida del mundo, sismógrafo, te manda una alerta vía sms cada vez que Justin Bieber se tira un pedo y por 99.99$ adicionales trae el accesorio #/($(%$$ para los ratos en soledad.. HEEEEY, en esa parte dejé de escuchar (¿?). Todos fascinados. Yo pensaba, hace todo eso pero en la enumeración no está ni que llame ni que mande mensajes. Qué onda? En fin. Nos llaman. Pasamos al sector 'ventas'. Nos atiende una gordita, pantalón de vestir negro, camisita blanca y toda la onda de 'guarda conmigo'. Sorry, lo que pasa es que tenía pantalones de vestir viste.. no es cualquier cosa. Se sienta. Mi mamá empieza a explicarle de una manera totalmente normal y racional qué era lo que nos llevaba hasta ahi. Es decir, comernos el garrón del calor, la gentuza, la espera, NO estar en la playa y para colmo verle su cara bonita. Dijo más o menos, 
-Me interesa renovar los equipos que ya tengo. Tengo cuatro líneas hace cinco años, y quiero mantener los números y comprar dos equipos nuevos. Soy socia de club personal asique si podés por favor mostrame los equipos que entran en la cantidad de puntos acumulados.
Más normal que eso? No way. Cortito y al pie, eso lo entiende cualquiera. Le indicamos qué tipo de aparato buscábamos y se los señalamos en la revistita. Se queda mirando con el mismo gestito de superación. Comenta que uno de los teléfonos no lo tiene. Genial. Todo bien. Se va a buscar los otros. Nos quedamos mirando la revistita. El vendedor de al lado, llega con dos cajitas de teléfonos y se sienta a mostrárselos al chico que estaba atendiendo. Eran dos de los que le habíamos pedido nosotras, uno de los cuáles era el que 'no tenían'.
Pajera. Vuelve. Los abre y ni los prende. Qué fucking parte de 'quiero ver qué tan mierda es lo que pensás venderme antes de comprarlo' es la que no entendió? Miramos los que nos da. Uno, divino, genial. Le preguntamos, pero ese que tiene el chico no es el que te pedimos? Y responde. Si. Debe haber sido el último porque no tengo más. Claaaaaro. Una excusa un poco más pedorra no se le podía haber ocurrido. Mi hermana le pregunta por otro modelo. La señorita responde, con el mismo aire que un pendejo traga da la respuesta que sus compañeros no saben en clase, que ella no iba a estar yendo y viniendo y perdiendo tiempo por un equipo que no íbamos a comprar.  

WTF?! La primer empresa que conozco que no considera importante dedicar tiempo en vender sus productos. Casi me empiezo a reír. 
Cuestión. Mi mamá, inevitablemente empieza a cambiar el tono. La flaca le dice que tampoco se lo podía vender como ella quería porque para eso hay que comprarlo por teléfono. Mi mamá se enoja. Mi hermana aguanta la risa. Yo también. Mi mamá le pregunta el nombre y se dirije al mostrador de adelante a pedir el libro de quejas. Escribe un testamento. Salimos del local. Me vuelvo a tropezar con el escaloncito. Si seré idiota. Nos vamos a un agente oficial de por ahí donde un chico con dos dedos de frente nos mostró el teléfono que queríamos ver. Me seguía cagando de calor.  Acompaño a mi hermana a que se compre zapatillas. La boluda estaba en ojotas por lo que le tuve que prestar una media. Pero no tenían número asique no se probó nada. Las cosas que enseña la vida: si vas a prestar una media, asegurate primero de que realmente la otra persona se va a probar un zapato. Salió del negocio con mi media en la mano, y me la devolvió en el medio de la calle. Patético chabón. Tres minas en pleno centro, maltratadas por una empresa de telefonía, ignoradas por una casa de zapatos, una de ellas con una media en la mano y la otra con una sí y una no. Cualquiera. Un par de mandados más y ya estaba de vuelta en el bondi, que pasaba por la costa a dos por hora para que viera bien lo que me estaba perdiendo. O sea, un hormiguero humano y el mar por allá atrás. Pero es el mar, no importa. Llegamos a casa. Llamamos al número de ventas de personal. Nos atiende una grabación re amable diciendo que para comprar hay que ir al cento de atención al cliente. Colgamos. Llamamos al *111. Pedimos hablar con un representante. Nos atiende una flaca decente que nos explica lo que ya sabíamos y nos deriva a ventas. Nos atiende otra flaca decente. Se corta la comunicación. Mi mamá le había dado como número alternativo en caso de que se cortara, el número de mi celular. Llaman. Hubiera sido genial si no fuera porque el parlante no anda y no se puede hablar. Volvemos a llamar al *111. Nos atiende otra boluda más parecida a la anterior. Mi mamá se empieza a pelear . Yo, ya resignada, agarro el mp3 que no responde a ninguna corporación y me voy con la perra a la plaza. Llego, y estaba vacía. Genial. Viene una señora con un señor y dos perras. Una de las perras jugaba con su dueño. La otra, peleaba con la mía. Le grito a  Pampa. La señora se va con su mascota. Espero que se vayan y suelto a la perra que en esos cinco minutos ladró como si la estuvieran matando, me pisó, se me tiró arriba y me llenó de pelos. Da dos vueltas a la plaza, cruza la calle y se va a la mierda. Qué hermosa compañía son las mascotas. Me paro y la llamo. Se da vuelta, me mira y sigue de largo. Sí, definitivamente reconoce la autoridad. Me respeta muchísimo. Escucho un motor y sí, el chaboncito de la vuelta, copiloteado por el chabón más estúpido en 5000 km a la redonda. Gracias, gracias por aparecer en éste momento, pedazo de imbécil, histérico, espécimen irredento de homo-muchoruidoypocasnueces, pseudo skater, daddy yankee arrepentido, macho américa de plastilina. Pobrecito. Llego a mi casa donde mi mamá ya se rindió y dejó de gritarle a empleados aleatorios de personal. Juntas, como una buena familia, nos metemos en internet a la página de Claro. Llega mi papá. Escucho un relato detallado sobre todo lo que escribí y las amenazas de mi mamá de cambiar de empresa. Ceno una hamburguesa. Miro el techo. Iba a prender la tele, sólo para hacer algo, pero la tele no está. Se rompió y la están arreglando. Llega a volver como el w380 y prendo fuego todo. Me voy a la pieza de mi mamá y prendo su tele. Miro el final de una novela, el principio de una película y antes de cortarme las venas con un cepillo de dientes, apago la tele y me voy a hacer té. Me tomo el té. Me siento en la pc. Nada. Nadie. Mi historial de mozilla del día se basa en todos los recovecos y popups de las páginas de Claro y Personal. Son las putas dos de la mañana y estoy hermosísimamente desvelada. Cómo carajo no voy a estar histérica? Cómo pretenden que no sea desesperadamente ciclotímica y no me mantenga permanentemente ortivada con estos especialistas en arruinarte los nervios? Es decir, no se me ocurre una manera más genial de tener un día bien del orto. Pero BIEN del orto, cuya capacidad de terminarse de una puta vez es equiparable a la de la gorda de personal de atender bien a la gente. Con el agregado de que mañana voy a hacer la misma excursión de hoy a personal pero en claro. Al carajo los planes que podía haber hecho. Y los que tenía para el miércoles también, porque va a llover y quiero creer que además trabajo a la noche.
Qué feliz que soy. Creo que si escucho la canción de mierda esa de montaner en este momento lo cago a tiros, juro que lo recontra cago a tiros.
Necesito una dosis de chocolate, de sol, de Matt Bellamy, y no sé, de lsd que te vuelve feliz y ves duendecitos de colores. 
Pará. Dolor de ovarios. De los grosos. Ni el espíritu de un ibuevanol en toda la casa.  
FUCKKKKKKKKKKKKKKKK.

5VIII20

Cartografiar el vínculo reclama deconstruir la noción que se oculta en el verbo tener. Vínculo como categoría supraordenada a yo a la s y la...