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5 de febrero de 2014

04II14

Yo sigo estando en mí. Me fui de muchos lugares muchas veces, pero jamás del todo. Uno jamás se va del todo de ningún lugar en el que haya sido. Jamás se está realmente en ningún lugar, salvo en uno, que es todo de todas formas.
Todavía vamos a verlos, todavía los escuchamos. Nunca voy a tener un buen motivo para dejar de enojarme mientras siga viviendo en el mundo porque así es como alguna vez algo va a encenderse.
Asique dejen de simplificar todo. Es mentira, no es simple. Se están mintiendo a sí mismos, en sus propias caras. Son ustedes los que no están viendo, son ustedes los que eligen no entender, no escuchar. Dejen de tomarse como idiotas, ya existen demasiadas cosas preparadas específicamente para tomarnos a todos de idiotas como para sumarnos nosotros también. Guarden todos sus palabras en un cofrecito dorado brillante de esos que les gustan a sus abuelas y olvídense de que existen. No sirven para un carajo. Todo lo que creen estar diciendo está deliberada, premeditada, cínica, sádica y artificiosamente elucubrado para que un montón de pobres idiotas con la suerte ridícula de estar por encima de la media general de autómatas descerebrados crean que son dueños de sí mismos. 
Yo ya encontré la libertad, y a veces me gustaría prestársela por un rato a mucha gente pero eso es imposible y no tiene sentido, y ya sé que no tiene sentido. Asique sigo acá esperando que alguien eventualmente se golpee la cabeza después de leer esto, o cualquier otra cosa que trate de decir algo, y se le abra un pedacito, una grieta diminuta del canal y alguna mente escuche aunque sea un poquito y encuentre la contradicción; estas también son palabras que no dicen nada pero todos nos entendemos de todas formas. 
Y todos los días pasa el desfile de autómatas descerebrados a hacerme creer que yo soy la que funciona mal, la pesimista antitodo que no entiende que es imposible, ingenuo, estúpido y utópico lo que está diciendo. Pero sinceramente no me interesa eso. Me interesa lo simple y lo simple no es lo fácil, lo simple es lo difícil, es esa mínima diferencial que hay que encontrar enroscándose como un enfermo en pulir, una, dos, y un millón de veces hasta sacarle a la realidad toda la carga hedionda de conceptos, convenciones, imposiciones, demandas, imperativos, valores, estructuras, distracciones, blackberrys, revistas sobre qué tan flaco, rubio, lleno de guita, imbécil, irrelevante, vacío hay que ser y estar para creer que se significa algo en esta demencia senil generalizada en la que vivimos todos, para recién ahí, pensar, algo, una sola cosa que abra la puerta. Está ahí. Está en todas esas excepciones que deambulan a la luz del día y la de la noche, en la música, en los libros, en la calle, en los árboles, en personas que deciden ser su mente y que caminan por las mismas calles y comen la misma comida horrible, porque también tienen que vivir acá. 
Asique no me digan nada. Ya estoy podrida de escucharlos. A todos y cada uno de ustedes. Con sus egos mutantes, su complejo de inferioridad en cada esfuerzo puesto en la frivolidad, sus cosmovisiones de librito de autoayuda, su nuevo fundamentalismo, su superficialidad patológica.
Entonces ahora hablo yo, que le digo que no a todo y que al mismo tiempo, jamás le diría que no a alguien que quiera pensar. Si solo me tuviera en cuenta a mí, y tuviera la elección, no estaría en este mundo, ni un instante más. De hecho, si realmente pudiera elegir, ya se hubiera acabado el mundo, no tiene sentido seguir estirando el momento a expensas de esto. Pero los entiendo, entiendo a todos y me cansé de entenderlos y que eso no sirva jamás para nada. Y sigo eligiendo pasar el rato tratando de encontrar el camino mental por el cual cualquiera, cualquiera que se acerque se acuerde de que en realidad, no es una perdida de energía circulando por ahí. Y cuál es la materia prima? Millones de personas en todas partes que creen que lo más importante en el mundo es tener un teléfono del orto con android. Y mientras tanto me dicen que tengo que hacer cosas productivas y que solamente estar en contra no sirve de nada y piensan cuál es el próximo par de zapatos van a comprar o qué tan rico va a estar el pollo, o cuál fue la mina más culona que se garcharon, o qué pueden hacer para creer que tienen una opinión formada sobre una institución que les rompe el culo hasta cuando duermen, o qué excusa pueden inventar para no quedar mal con alguien que no les importa realmente.
Esta la única respuesta coherente en última instancia a cualquier planteo, de cualquier índole, que alguien alguna vez haya dicho o vaya a decir enfrente mío:
Por qué todo me parece una vergüenza? Por qué no lo acepto? Por qué critico sistemáticamente cada cosa humana que me pasa por adelante? Por qué creo que nada de lo que -casi- nadie que haya escuchado alguna vez es aceptable? Por qué todo me genera rechazo? Por qué vivo con ganas de vomitar? Por qué no me adapto ni siquiera un poco? Por qué los dolores de panza? Por qué las ojeras? Por qué no voy a la facultad a exigir que hagan lo que tienen que hacer? Por qué siempre la cara de orto? Por qué no ''corto lazos''? Por qué no sigo la rutina cotidiana de la gente 'normal'? Por qué no voy a comprar ropa nueva? Por qué siempre la negativa? Por qué exagero tanto? Por qué cierro siempre la puerta de la pieza? Por qué no me duermo más temprano? Por qué te respondo que estoy loca cuando me comés la cabeza con tu mierda de otro siglo? Por qué tantos cigarrillos? Por qué fumo porro? Por qué no saco un turno para que me digan que estoy muy flaca? Por qué siempre es blanco o negro? Por qué no quiero la misma mierda que todos quieren?
Porque estoy harta, de que ustedes, especie humana asquerosa, detestable, incoherente, infumable, inconvivible, escatológica, depravada, ignorante, indiferente, inconsistente, obsoleta, ya no sean más que un insulto a este universo, y todos los demás, a la mente, la existencia, a cada una de las estrellas.
Y la cuestión es, al insultarlos a ellos con sus existencias mediocres, congéneres, me están insultando a mí, a él, a ella, al árbol de la puerta de mi casa, a mis perros, al gato de al lado, y a cada cosa viva que destrozan un poco más todos los días con su basura.
Y ya no pienso soportar eso ni un solo parpadeo más.

17 de enero de 2014

17I14

Qué se supone que estamos haciendo?
Lo entiendo, lo comprendo, lo abarco
lo perspectivizo, interpreto y cuantifico
pero no lo puedo creer.
No puedo creer en nada.
No creo en lo que existe.
No creo en la realidad.
Hola? alguien entiende eso?
El mundo se está yendo de mi mente.

11 de noviembre de 2013

11II13

Cuando empiezo a inducirme, cuando pienso
compulsivamente
cuando me golpea la claridad y los conceptos se conectan
se encadenan y se unifican y se revelan como lo que son
invenciones, ridículas, máscaras.
Cuando siento la realidad, cuando me sobrepongo a ella
cuando supero la razón humana,
me tolero a mí misma solamente si abandono la humanidad
la humanización nauseabunda repugnante soberbia corrupta y corrompida
en esos instantes entiendo que no soy compatible con el mundo.
Soy su negación 
en el agobio, en el agotamiento, inherente, constante
de detestar-lo y que me detes-te
ese mundo asqueroso de seres acartonados
terratenientes de la insignificancia
estrategas de la estupidez
maestros de la ignorancia
monarcas de la inmundicia
dioses de la indiferencia
que tocan madera y se persignan si se les sugiere la empatía
imbéciles, víctimas y victimarios de la escoria que producen
cada vez que respiran, que abren la boca
mientras siguen cerrando los ojos, cerrando los oídos
y levantando murallas de ilusiones y fantasmagorías
para no comprender la irrealidad, imposibilidad
de algo que no saben merecer.
No quieren recordar lo que saben
no quieren ser jamás lo mejor que tienen.
Qué sentido tienen las paredes
las casas, las mesas, las pantallas, las calles
los relojes.
Cuál es el objeto del deseo, 
                             del desastre
                             de las palabras.
Qué hay que hacer para creer 
                    y para despertarse.
Cómo poner al margen el vaciamiento [el vacío
                                       lo efímero del placer,
el eterno terror de solamente sentir seguridad
en un lugar que no es un lugar,
sino una persona y no una persona
sino lo que existe detrás, a través:
el universo que nos hace, la emanación que nos conecta
la atmósfera del cosmos olvidado
que es uno y el mismo y vibra
nos llama y reclama
y solamente sé responderle viendo(te).

8 de octubre de 2013

07X13

No veo la inflexión, no hay frontera vislumbrable de paradigmas ni mediación adaptable al peso nauseabundo de la realidad. Cuál es el sentido de un avance futuro si eso no contrarresta el sufrimiento masivo del presente?  A qué clase de promesa cósmica debería poder aferrarme si no hay cura posible; qué justificación podría ser la llave que abra las puertas a la convivencia de mi percepción con el cáncer metafísico en el que convirtieron al mundo? Qué idea es suficientemente valiosa para sacrificar hipócritamente la coherencia? Hace ruido un árbol que cae solo en el bosque si no hay nadie que pueda escucharlo? Sirve de algo ver con la mente, si nadie sabe que la mente puede ver? Ya nadie, o casi nadie es capaz de entender cuán solo se está. Todo lo que crearon para nosotros es un panoptismo globalizado de mentiras y coerción, una fiesta sádica del poder seduciendo al odio.
Me cuesta la vida seguir siendo capaz de concebirme como fracción del todo [no puedo abrirme paso. 
Ya estoy harta de que todos lo desvirtúen en una fracción de lo real, sin siquiera hacerse cargo, como si por ser completamente ignorantes dejasen de ser responsables. [no puedo soportar el vacío.
Nada de eso existe.
Harta de estar atada a este mundo de indiferencia consumada, 
no tengo nada que ver con él;
harta de vivir en dos dimensiones, mi mente no opera en cifras ni distancias.
Harta de intentar encenderlos
mientras son arrastrados por corrientes imaginarias,
por ríos virtuales de autocomplacencia
y pupilas diminutas, que se vuelven invisibles.
Harta, hastiada, agobiada, de no poder dormir, 
de no poder soñar, de no poder despertarme
de esta ciudad putrefacta, repleta de esos seres hediondos
del reloj neurotizante, del existencialismo mediocre
de que todos se ignoren a sí mismos y al mismo tiempo
pretendan entender el sentido de estar.
Yo ya no estoy.
Me moriría en un instante si me permitiese estar.

5VIII20

Cartografiar el vínculo reclama deconstruir la noción que se oculta en el verbo tener. Vínculo como categoría supraordenada a yo a la s y la...