9 de mayo de 2011

Empecé a prestar atención y noté que la tierra gira. Sé que gira; veo que gira.
Como una máquina esférica desproporcionadamente grande dónde el vértigo está superado
y sólo lo sienten, lo sentimos aquellos que tenemos esa desarrollada
y asumida
noción de la insignificancia.
Qué abajo estamos. Qué extraño es existir a pesar de la trivialidad.
Estamos encapsulados en una esfera cósmica que no conoce el vértigo
y no se cansa de girar sin rumbo en la inmensidad,
y que es tan trivial como nosotros mismos.
Y quién eligió ser parte de la cápsula?
Quién convirtió mi único refugio en una bola espacial de escoria generalizada?
Quisimos opacar la luz y llenamos nuestras gargantas con el gas de la decadencia.
Necesitamos elevarnos.
Tenemos que creer que podemos
y debemos
ser eternos.

9-04-2011

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