Estos momentos familiares tan cándidos me hacen entender por qué estoy tan asquerosamente hastiada de estar en mi casa y por qué automáticamente me cae el humor en picada así como cierro la puerta. Necesitás hablar como el orto? Necesitás cagarte en mi evidente cara de dolor de ovarios y seguir jodiéndome con boludeces? Sobre todo luego de mandarme como una mula de carga a hacer cosas por ustedes que jamás hacen por mí y que por más estúpidas que sean, se notan cuando lo único que encontrás como respuesta son reclamos.
Va a llegar el día en que me vaya a la mierda a hacer mi vida y quizás, sólo quizás te acuerdes que la buena onda no te la cobraban con los impuestos y que tus (muchos) errores, algunos de ellos bien grosos, jamás te los tiré en la cara para hacerte sentir como la mierda sólo porque andaba con un ataquecito de histeria sin sentido y sin pensar en lo que te pasaba, como hacés vos, sin pensar jamás que toda mi vida me banqué las consecuencias de todo lo que hiciste mal a pesar de no haber participado en las elecciones que vos sola hiciste, como quisiste, cuando quisiste. Gracias! Cada vez me siento mejor conmigo misma y peor con vos, cada vez soy más consciente de lo lejos que estamos, cada vez tengo menos ganas de volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario