Era de la clase de personas que creían que el mundo era un lugar muy simple. Que el pasto era verde porque sí, que el cielo estaba arriba y la tierra abajo y en el mar había olas y mareas que cumplían irrevocablemente un ciclo así como todo aquello a su alrededor pero no le era necesario cuestionarse el por qué. Realmente pensaba que no había ningún misterio que no pudiera ser develado, es más, pensaba que no había misterios. Pensaba que no había más que lo que los sentidos puedieran percibir. Creía en lo que sentía y en lo que pensaba, y eso era bueno; El problema era que no sabía que no era suficiente con creer en lo que creía y pensar lo que pensaba. No creía en ningún dios, porque le asustaba demasiado la idea de algo que no pudiera concebir en su universo de corporalidad. Por eso no creía tampoco en el destino; ni en nada que pudiera abrir la puerta a los interrogantes. Le aterraba, de hecho, el simple hecho de pensar en que en algún momento podía llegar a abrirse esa puerta, le aterraba la posibilidad de caer en esa espiral de preguntas sin respuestas y de dudas y de la certeza de nunca hallar soluciones. Nada le daba más miedo que imaginar como sería si su mente se convirtiese de pronto en un albergue de cuestiones existencialstas de esas que consumen tiempo y estiran los nervios; dejándolos frágiles como el cristal. Creía, además, que no eran necesarias en absoluto. No era capaz de ver de qué manera exagerada estaba haciendo caso omiso de todo con tal de no admitir su vulnerabilidad. La vida entonces le resultaba muy simple, una cosa que simplemente existía para ser vivida; los motivos de estar, él por qué existía, no quería ni podía saberlos, pero la casualidad era su más fiel aliada para permanecer en su burbuja de realidad.
Le alcanzaba con su trabajo, le alcanzaba con su departamento de dos ambientes, su gato, su computadora y sus amigos; todo ello era más que suficiente para que considerara que su vida estaba bien así.
Hasta que finalmente, un día, se dio cuenta de que se equivocaba.
Hasta que finalmente, un día, se dio cuenta de que se equivocaba.
1 comentario:
Interesante texto. Realmente me gusta la forma en la que planteás las problemáticas, y la crítica final al conformismo. Muy bueno.
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