6 de enero de 2011

Me olvidé de tus manos
de su roce fortuito
de sus ganas contenidas.
Me olvidé de tus ojos
de los días que pasé en ellos
y de la parte de mí que guardan
junto con aquello que no ven y aquello que ignoran
en su profundo cobijo de noches en vela
Me olvidé del crepúsculo
en el que brillaba el suelo; temblaba el cemento
y se escondía la luna ante tu paso implacable
tras esas nubes que derramaban los gritos de mi espera.
Me olvidé de tu arte
de las calles que me dibujabas en las tardes
cuando el sol ignoraba tu dolor
y el cielo era más un espectro  que una verdad.
Me olvidé de nosotros cuando te fuiste
Se esfumaron las flores de mi garganta
se acallaron los gritos en mi jardín.
Me olvidé de ellos al verte volver otra vez
e intenté a pesar de los años alcanzar tu luz.
Inventé tu silencio y me escondí entre las palabras que no dijiste
que no dije.
Y giré a pesar de mis ojos y te encontré perdido y me encontré sola
Te llamé como llama la tierra a la lluvia,
Y te sentí entre mis brazos como si nunca hubieras estado ahí.
Y me dormí con tu canción.
Pero me olvidé de tus manos.
Me olvidé de tus manos.

5VIII20

Cartografiar el vínculo reclama deconstruir la noción que se oculta en el verbo tener. Vínculo como categoría supraordenada a yo a la s y la...